miércoles, 18 de enero de 2012

DOLOR CAUTIVO IV

CELOS

Amémonos, me dijiste un día
y que sea por toda la vida,
Jurabas sin límite ser mío
sin nada, ni jueces, ni permiso.

Y yo prodigaba tierna caricia
y yo te entregaba el alma mía
sin importar pena ni angustia
vivíamos juntos, siempre, cada día.

Pero te fuiste pese a tu promesa,
esa, de estar siempre conmigo
de no dejarme, de aquí quedarte
y tu decisión es inmutable.

Tu partir fue silencioso
sin riñas, así, tan de pronto
porque encontraste otro amor
uno que si es para siempre

Ella te escogió a ti
te cautivo y te llevo.
Yo no te pude retener
ni con besos ni con amor

Y ahora que ya no estás,
los celos me consumen
porque contra ella no lucho,
porque la victoria es suya.

Al buscar un ajuste de cuentas,
resulté con una derrota ficticia,
que se adhiere a la melancolía
en la que llevo culpa y castigo.

Y me quede oscilando en la nada
sopesando esta tragedia
guardando tu recuerdo
temiéndole a tu olvido

Ya no busco que regreses,
yo, ya me di por vencida
solo espero que seas feliz
a su lado, para siempre
con la victoriosa muerte.

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