¿Qué escribiste en aquel papel?
La duda nació, germinó.
Soñé ser yo el motivo,
la inspiración.
Anhelé ser un verso, una canción,
parte de tu diario,
todo, menos lo que soy.
¡Qué letras!
¿Amor textual?
Y el destino de aquella frase:
incierto.
Devoraste mi curiosidad,
me dejaste solo en el desierto,
masticaste lo que nunca fue,
y entonces solo desee ser el papel
para morir en ti, con un beso cruel.
Delicioso...
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