No sé qué tienes tú,
Laberinto mortal.
Llegas, apareces, te borras, te vas.
Te espero, me aburro, me ausento, conjuro.
No sé qué tienes tú,
Serpiente, Luna, abrazo, maligno mal,
Me quiebro, me esparzo, renazco, y muero mil veces más.
¿Tus besos? ¿Tu alma? Sirena, estrella fugaz.
Te impactas, me matas, veo al cielo brillar.
Y es que amar duele tanto, duele ser un “alguien más”.
No sé qué tienes tú.
Camino y lo pregunto.
Y en sombras, tu recuerdo
dibuja, pinta, exalta, y me lleva de lo cotidiano a lo
anormal.
No sé qué tienes tú.
En verdad no lo sé.
interesante mi querido Watson...
ResponderEliminarMUJAJAJA EXE, SALUDOS...
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