jueves, 2 de febrero de 2012

M I C A H U I T O N T L I
Relato de día de muertos
“Un viento como obsidiana, sopla y se desliza sobre nosotros.” (Códice Florentino)
El sol se desdibuja en el horizonte, la tarde nos grita agonía, las sombras dominan la luz, inicia el crepúsculo, y con él, la actitud inconcebible de un suceso macabro, herencia de una creación mítica, lo cotidiano se subordina a la fe colectiva y, al morir el día, la realidad será abstraída en significación de símbolos:
Hago sonar el ayacachtli,
Ometecutli: mira a tus súbditos
Nos envuelve el olor del copal
Madre tierra: ponte la máscara de lamuerte
Con sordo sonido vibra el huehuétl
Ehécalt: trae contigo el viento nocturno
Los cuatro elementos están dispuestos
Xochiquetzal: alúmbranos con tu brillo
El atecocolli nos llama al silencio
Tlaloc: tus hijos te esperan
Mágico conjuro, se oye un teponaztli
Micantecuhtli: despierta a los muertos
A los cuatro vientos hacemos ofrenda
El tonalamatl marca el destino
La nota del tlapiztlali es júbilo intenso
Ha llegado la hora del retorno
Con los tanabaris en los tobillos, el penacho de plumas, el rostro pintado y el sonido del hulicapiztli, invoco a Tezcaltipoca el regreso de Mictan, inicio la danza para ofrendar a los dioses, en cada movimiento, en cada palpitar, sin darme tregua, marcando cada paso con el chicahuaztli, asocio mi energía en un nexo con lo etéreo.
Y allí están ellos, con las fauces hambrientas en busca de sacrificio, manifestación sublime del orden del cosmos, invariables, inconmovibles, indestructibles, terribles
El altar está preparado:
El anafre ya encendido
Un izcuintle en el piso
Maíz, pulque y tesjuino
El aroma del cempazuchitl
Se confunde con el copal
Trágico tinte de existencia
Para el Micahuitontli celebrar
Tributo donde funde el universo
Connotación de magia y fervor:
Como advertencia el tzompantli
Huesos y ceniza del teotl
Viene de Tlalocan el caballero jaguar,
Damos al guerrero tamalli y xocolatl
Un petate y en barro, agua y sal,
Calabaza, cacao y plumas de quetzal
Del Tonalli ciclo infinito,
Por el Chignahuapan retornar
Pirita y obsidiana
Simbolizan dualidad
Coatlicue, te ofrecemos jade
Mil turquesas para Tlaloc
Para Huitzilopochtli amatista
Tecazltipoca, para ti un tecpal
¡Tlamanalistli¡ claman los dioses
La piel para Xipetotec
Fundamento de yolistli
Al estacuani con sangre alimentar
Sigo sonando el chicahuaztli, la danza disminuye su paso, el ritmo del teponaztli continua, lento, lejano, sordo, enajenante; el sol ha muerto, la Coyolxauhqui sonríe, eternamente renace, Luna llena, luna de sangre, luna de muerte
El ueuecoyotl inicia su rito, al centro, la piel sudando, su respiración jadeante, concentrado en su oración, extasiado, en contacto con los dioses, empuñando el cuchillo ofrece la sangre: tributo de divino a los seres por nosotros creados.
La energía aflora, los gritos ensordecen, la alegría nos llena, reinicia el mitotli, al derredor del fuego las mascaras de la muerte, el ritmo acelera suenan los yoyotl, de pronto, ensordecedor e interminable se escucha el atecocolli, anunciando la inmolación, el sacrificio fue aceptado.
Y la fuerza vital de los elementos resurgen eternamente invariables, subsistiendo mas allá de la antagónica lucha entre Quetzalcóatl y Tezcaltipoca, más allá de esta dramática mitología indígena que se queda en el ocaso de los dioses, más allá del cruel abismo que convirtió una raza en sincretismo de fe entre el derrumbe del imperio y la sentencia del hereje, entre lo terrible, lo sangrante, lo devoto; Manifestación de mestizaje convertida en necesidad, profunda religiosidad disímbola, tradición que se ajusta a cánones y paradigmas.
Así, la muerte no nos es adversa y el sentimiento indestructible de lo eterno es parte y complemento; uniendo culturas, fusionando creencias traspasando el tiempo, perdurando en el sin fin del universo a donde todos pertenecemos, a lo que todos anhelamos: la vida, no termina con la muerte.
Llego la hora del retorno.
Ahora invoco a su regreso
Con permiso divino hoy lo espero
Así celebro el día de muertos
Lazo de misticismo, enigma de fe
¡regresa sin perderte¡ ven a mi
Yo te invito la frontera traspasar
Y para ti dedico este altar
Tu camino con cirios bien ilumine
El cempazúchil te guía, ven a mi
Fragilidad y aire pique en el papel
Fuente de vida, agua para tu sed
Con gran esperanza te estoy llamando
La sal te purifica, no esperes, ven a mí
Hay pan y calabaza para comer
Y tu traje, para que de gala estés
El mantel más blanco para ti busque
El copal te protege, no dudes, ven a mí
Hay un santo, un Cristo y una Virgen
Jabón para lavarte, tequila para tomar
La cruz de ceniza te orienta
Da sentido a la espera, ven a mí
Las calaveras tienen tu nombre
Y la tu foto yo misma la adorne
La ofrenda ya está dispuesta
Gánale al destino. Ven a mí
Mi duelo es doloroso silencio
Mi oración es para ti
¿Oyes mi lamento que te llama?
Regresa, que aquí te espero
¿Es tu presente más terrible que tu pasado?
Regresa, no quiero tu olvido
¿Es tu soledad más triste que la mía?
Regresa, cura mi dolor cautivo
¿Sin rozarte con los labios podre besarte?
Regresa, estoy velando en tu espera
¿Sin que mis manos te toquen, podre sentirte?
Regresa, no quiero tu ausencia
¿Sin que mis ojos te vean podre mirarte?
Regresa, de donde te encuentres, ven
El tiempo, inexorable nos atrapa en lo rutinario la reminiscencia de tu vida duro solo un día, la evocación, la alegría, el banquete, tu cordial visita, el silencio de tu retorno, tu compañía, la conquista de la noche, sumisión del día…
Retiro las velas, apago el cirio,
Sueno el tlapitzalli, guardo el ayacachitli
Descuelgo el papel, la ceniza limpio
Me quito el penacho, termino el mitotli
Doblo el mantel, las calaveras reparto
Los dioses se aquietan, el copal no humea
La muerte nos venció, regresas a ella
En Itzcuitan el xolotl al Mictan te guía
Te llevas mi amor, te llevas la ofrenda
Ilhicat Tonatiuh cuepayotl, yaocuautli yolistli
Camino del sol se va el guerrero de la vida.

1 comentario:

  1. Sencillamente me transportó, su lectura me envolvió a una verdadera epifanía...

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