Duele que mis manos ya no escriban un poema,
me duelen los vacíos y las edades.
Me duelen las estaciones que corren,
las hojas que caen, las flores que nacen, el fuego que arde.
Me dueles TÚ,
que me has dejado sin clarividencia,
sin amor, sin consciencia.
Me duelen mis manos vacías,
estas manos tejedoras de palabras,
de canciones y poemas.
Me dueles.
Y mis hojas han aprendido a vivir,
muy a pesar de tu ausencia.
Tú saliste de mi vida,
pero no tu esencia...
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