No mentiré diciendo que no deseo tu cuerpo inerte:
Soy un animal andante,
que camina sin tiempo ni demonios,
ya que en mi ser descansan los recuerdos de todas las edades,
oníricas y ondulantes.
Recuerdo mi pasado al ver los valles
que incrustados subyacen en tu piel;
y amarte se convierte en un viaje
en el que se reviven palabras ciertas
y un par de falsedades.
Reconocer tu cuerpo es invocar
a los olvidados dioses
que duermen ocultos en las cavernas.
Ciertamente, tú guardas entre tus piernas
las voces de cultos sagrados
en donde la luz y las sombras se concretan...
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