Muerdo
el agua cristalina de la Fuente:
muerdo
tus labios, tus cerros,
recorro
todos tus senderos.
Me
sumerjo en tus ríos,
vuelo
descalzo siguiendo tus guiños.
Y
guardo silencio. Aguardo al silencio:
Como
cazador sin escopeta,
con venenos de tu propia naturaleza,
con
esos brebajes de las cuevas del diablo
creados
en tan oscura penumbra,
tan
excitante que deslumbra.
En esas
cuevas que sólo en ti puedo hallar,
llenas
de sombras y recuerdos,
como gigante jaguar recostado sobre sueños.
Muerdo
el agua cristalina de la Fuente:
Y ahí
estas tú, cubierta de maleza.
tan
desnuda, tan sensual,
invitando
a los hombres a dejarte intacta,
Y yo te
toco suavemente,
Con el
aliento acaricio tu ser.
Eres belleza, eres mujer, eres
hiedra.
¡Oh Mujer-Luna!
¡Mujer-Naturaleza!
Incitas
a admirarte,
a quedarnos ciegos al ver
brotar de tu vientre
los
miles de colores de la tierra.